La vida se compone de momentos y de cada uno de ellos debemos sacarle un aprendizaje. Por bien o por mal el Cáncer ha sido uno de ellos que jamás olvidaré ni quiero olvidar. Siempre he dicho que las cosas pasan por algo y para mi ese maldito garbanzito significó un antes y un después en mi vida.
Desde ese 10 de junio de 2019 sentada en la consulta de mi ginecólogo empezaba una nueva Anna. Y es que no me quedaba otra, no podía buscar soluciones a preguntas sin respuestas (Porque a mi? Porque ahora? Que había hecho mal?) pero si podía dar la vuelta a ese momento y sacarle la parte positiva.
El Cáncer me paró y algo dentro de mi me decía que de algo me estaba avisando.
A lo largo de mi vida he tenido momentos de todo tipo y si de algo me dado cuenta es que no podemos vivir esperando una vida mejor porque se nos va la vida. Así que empecé a no preocuparme por un futuro incierto dedicando cada minuto de mi vida en vivir el momento presente, ese donde no hay preocupaciones, ni miedos ni angustias. Porque estando en el aquí y en el ahora todo lo malo desaparece. Solo hace falta estar presente y disfrutar de aquello que ya tenemos.
Basta con mirar un poco a nuestro alrededor y darnos cuenta de toda la riqueza que tenemos. Y no estoy hablando de tener 6 números en la cuenta bancaria. Ya que no es mas rico el que mas dinero tiene sino el que menos necesita.
Este ultimo año he llenado mis días con pequeños instantes que han hecho de esos días grandes momentos y recuerdos.
A veces con un simple abrazo de mi pareja, familiar o amiga desaparecía ese miedo.
Recargando energía junto a un atardecer, paseando al lado del mar o montaña, sintiendo y percibiendo cada detalle de esos paisajes.
Disfrutando de una buena comida, una buena lectura, practicando mi deporte favorito o disfrutando de mi misma.
O el simple hecho de levantarse cada día y estar agradecido de todo aquello que uno tiene y recibe.
Instantes que antes quizás no les prestaba tanta atención ya que siempre quería mas de lo que ya tenía y exigiéndome mas de lo que podía abarcar.
Así era, como una bala sin rumbo ni control del camino que recorría. Puedo decir que gracias a ese parón me replantee el rumbo de mi vida, donde solo habría sitio para la paz, tranquilidad, armonía, serenidad, ilusión, confianza, risas y todo aquello que me proporcionara bienestar.
Tenia la oportunidad de empezar un nuevo camino y no lo iba a desperdiciar.
Cada uno elige como vivir su vida y es dueño de sus actos. Cada paso que des en tu día a día marcará tu camino.
Escribe tu historia y siéntete orgulloso de la vida que has creado!!!
Que bonito Anna!! Vivir nuestro presente 🤗que inspirador es leerte.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, eso me anima a seguir con mi proyecto!!!
EliminarMolt be Anna !!
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